13 julho 2011

Einstein por Papini e Bronowski

                                                                                                              Berlin, 30 de abril
Eisntein se ha resignado a recibirme porque le he hecho saber que le tenia reservada la suma de 100.000 marcos, com destino a la Universidade de Jerusalén (Monte Scopus). Le encontré tocando el violin. (Tiene, en efecto, una verdadera cabeza de músico.) Al verme, dejo el arco y comezó a interrogarme.
-Es usted matemático?
-No.
-Es físico?
-No.
Es astrónomo?
-No.
-Es filósofo?
-No.
-Es músico?
-No.
-Es periodista?
-No.
-Es israelita?
-Tampouco.
-Entonces, por qué desea tanto hablar-me? Y por qué ha hecho um donativo tan esplendido a la Universidad hebrea de Palestina?
-Soy un ignorante que desea instruise y mi donativo no es más que un pretexto para ser admitido y escuchado.
Einstein me perforó com sus ojos negros de artista y pareció reflexionar.
-Le estoy agradecido por el donativo y por la confianza que tiene em mi. Debe convenir sin embargo, que decirle algo de mis estudios es casi imposible si usted, como dice, no conoce ni las matematicas ni la fisica. Yo estoy habituado a proceder con fórmulas que son incomprensibles para los iniciados, e hasta entre los iniciados son poquisimos los que han conseguido comprenderlas de un modo perfecto. Tenga pues, la bondad de excusarme...
-No puedo creer -contesté- que un hombre de génio no consiga explicarse com las palavras corrientes. Y mi ignorancia no está, sin enbargo, tan absolutamente desprovista de intuicion...
-Su modestia - repuso Einstein - y su buena voluntad merecen que haga violencia a mis costumbres.. si algún punto le parece oscuro, le ruego desde ahora que me excuse. No le hablaré de las relatividades formuladas por mi; eso ya es una cosa vieja que puede encontrarse em centenares de libros. Le diré algo sobre la dirección atual de mi pensamiento.
"Por naturaleza soy enemigo de las dualidades. dos fenómenos o conceptos que parecen opuestos o diversos, me ofenden.
Mi miente tiene un objetivo máximo: suprimir las diferencias.
Obrando así, permanezco fiel al espiritu de la ciencia que, desde el tiempo de los griegos ha aspirado siempre a la unidad.
En la vida y en el arte, si se fixa usted bien, ocurre lo mismo.
El amor tiende a hacer de dos personas un solo ser.
La poesía, com el uso perpetuo de la matáfora, que assimila objetos diversos, pressupone la identidad de todas las cosas.
En la ciencias este processo de unificación ha realizado un paso gigantesco.
La astronomia desde el tiempo de Galileo y Newton se ha convertido en una parte de la física. Riemann, el verdadero creador de la geometria neoclídea, ha reducido la geometria clássica a la física; las investigaciones de Nernst y de Max Born han hecho la químicaun capítulo de la física; y como Loeb ha reducido la biología a echos quimicos, es fácil deducir que incluso esta no es em el fondo, más que un parráfo de la física. Pero el la física existian, hasta hace poco tiempo, datos que parecian irreductibles, manifestaciones distintas de una entidad o de grupos de fenómenos eléctricos y los magnéticos, a su vez diversos de los da la luz. En estos últimos años estas manifestaciones se han desvanecido y estas distinciones han sido suprimidas. No solamente, como recordará, he demonstrado que el espacio absoluto y el tiempo universal carecem de sentido, sino que he deducido que el espacio y el tiempo son aspectos indisolubles de una sola realidad. Desde hace mucho tiempo, Faraday había establecido la identidad de los fenomenos eléctricos y de los magnéticos, y más tarde, los experimentos de Maxwell y Lorens han assimilado la luz al eletromagnetismo. Permanecian, pues, opuestos, en la física moderna, solo los campos; lo campo de la gravitación y el campo electomagnético. Pero he conseguido, finalmente demonstrar que también estos constituyen dos aspectos de una realidad única. Es mi último descubrimiento; la teoria del campo unitario. 
Ahora, espacio, tiempo, materia, energía, luz, electricidad, inercia, gravitación, no son más que nombres diversos de una misma homogénea actividad. Todas las ciencias se reducen a la física, y la físcia se puede ahora reducir a una sola fórmula. esta fórmula, traducida al lenguage vulgar, diria poco más o menos así: Algo se mueve. estas tres palabras son la sintesis última del pensamiento humano." Einstein se debió de dar cuenta de la expression de mi rostro, de mi estupor.
-Le sorprende -añadió- la aparente sencillez de este resultado supremos? Millares de años de investigaciones y de teorias para llegar a una conclusión que parece un lugar común de la experiencia más vulgar? Reconsoco que no está del todo equivocado. Sin embargo, el esfurzo de síntesis de tantos génios de la ciencia, lleva a esto e nada más: algo se mueve. Al principio - dise San Juan - era el Verbo. Al principio - contesta Goethe - era el Acción. al principio y al fin -digo yo - es el Movimiento. 
No podemos decir ni saber más. si el fruto final del saber humano lhe parece una vulgarísima serba, la culpa no es mía. A fuerza de unificar es necesario obtener algo increíblemente sencillo. 
Comprendí que Einstein no queria decir nada más. Sentía escrúpulos indudablemente de confiar los secretos auténticos de la ciencia a un estraño, a un profano. Porque yo no era tan ingenuo que pudiesse creer que aquella fórmula trivial fuese verdaderamente el punto de llegada de tres siglos de pensamiento. Pero no quise mostrarme exigente e indiscreto. Entregué los cien mil marcos prometidos y me despedi, con todos los respetos, del célebre descubrídor de la Realtividad
Extraido de Gog, escrito por Giovanni Papini - Plaza &  Janés Editores               

Aos catorze anos, Einstein escreve: 
"Como se me apresentaria o mundo se eu pudesse viajar em um raio de luz? Suponham o caso deste bonde estar se afastando daquela torre do relógio, montado no mesmo raio de luz que usamos para enxergá-lo. o relógio estaria congelado em uma posição. Eu, o bonde, esta caixa cavalgando o raio de luz, estaríamos fixos no tempo. O tempo teria de parar. analisemos essa proposição mais pormenorizadamente. Suponhamos que o relógio que está ficando para trás marque meio-dia, quando eu parto. Agora, eu estaria viajando a velocidade da luz, a 297,600 quilômetros de distância dele, isso tomaria um segundo de tempo. Entretanto, o relógio, como o vejo, ainda marca "meio-dia", uma vez que o feixe de luz e eu nos afastamos juntamente do relógio. Da mesma forma que para o relógio, acontece com o universo dentro do bonde: ao me manter à velocidade da luz, fico indiferente ou independente da passagem do tempo. Esse paradoxo é extraordinário, mas vamos deixar de lado suas implicações, ou outras com as quais Einstein estava preocupado. Concentremo-nos porém em um ponto: ao viajar em um raio de luz, o tempo deixa de ter signifcado para mim. Isso deve significar que, ao me aproximar da velocidade da luz, estarei ficando sozinho em meu compartimento de tempo e espaço, e progressivamente me afastastando das normas daquilo que me cerca. "
Extraido de A Escalada do Homem - J Bronowski -Editora Martins Fontes
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